Especialista explica el comportamiento de las enfermedades cutáneas con el calor

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Un médico ofrece consejos clave para manejar la sudoración excesiva en climas cálidos.

Un médico ofrece consejos clave para manejar la sudoración excesiva en climas cálidos.
Consejos para el cuidado de la piel en días calurosos.

El clima cálido agudiza una gran variedad de enfermedades crónicas, incluyendo afecciones cardiovasculares, respiratorias, endocrinas y articulares. Sin embargo, a menudo se pasa por alto cómo este período afecta la piel, causando considerable malestar a los pacientes. La Dra. Tatiana Gaidina, profesora asociada del Departamento de Dermatovenereología del Instituto de Medicina Clínica de la Universidad Pirogov, comparte su conocimiento sobre qué enfermedades dermatológicas requieren atención especial durante el verano y cómo prevenir sus exacerbaciones.

¿Cómo se comportan las enfermedades de la piel con el calor?

La Dra. Gaidina explica que, en climas cálidos y soleados, las enfermedades cutáneas crónicas pueden empeorar debido al aumento de la sudoración, la fricción, la radiación ultravioleta y el sobrecalentamiento. Para algunas afecciones, la exposición al sol actúa como un disparador y factor provocador, como es el caso del lupus eritematoso, la fotodermatitis o la rosácea.

La especialista detalla las principales reacciones observadas en pacientes con diversas patologías. En casos de dermatitis atópica y eccema, el calor puede exacerbar el picor y la inflamación debido al incremento de la transpiración. Por otro lado, los pacientes con psoriasis de tipo “invierno” experimentan una mejoría con la exposición solar, por lo que se les puede recomendar tomar el sol siguiendo las precauciones básicas (uso de protector solar en toda la piel y respeto de los tiempos de exposición). Sin embargo, aquellos que reciben terapia PUVA (un tratamiento que combina luz ultravioleta A con fotosensibilizadores para aumentar la sensibilidad de la piel a los rayos UV) deben evitar el sol debido al alto riesgo de quemaduras y efectos carcinogénicos. La psoriasis de tipo “verano”, en cambio, se agrava con el calor y la luz solar, por lo que estos pacientes deben protegerse del sol.

La radiación ultravioleta también estimula la proliferación de queratinocitos en pacientes con acné (crecimiento de células epidérmicas de la piel), lo que puede llevar a la hiperqueratosis, un engrosamiento excesivo de la capa superior (córnea) de la piel. Combinado con el calor, esto obstruye los poros con sebo, favorece el crecimiento de bacterias patógenas, el desarrollo de inflamación y la exacerbación de la enfermedad. Las infecciones fúngicas (micosis, candidiasis) también proliferan en el calor, ya que el ambiente húmedo en los pliegues cutáneos amplios facilita la reproducción de los hongos.

La miliaria (sarpullido por calor) es una afección común en climas cálidos; puede causar obstrucción de las glándulas sudoríparas, erupción y picor. Y no podemos dejar de mencionar una enfermedad como la hiperhidrosis, que se basa en la sudoración excesiva. La sudoración excesiva conduce a la maceración de la piel (humedad excesiva que se manifiesta como endurecimiento o hinchazón) y al riesgo de infecciones.

Principios fundamentales para prevenir las exacerbaciones

La Dra. Gaidina subraya que la higiene es fundamental en esta época. Recomienda ducharse con más frecuencia (agua tibia, productos suaves con pH neutro), pero evitando el uso de jabones agresivos. Otra regla es la hidratación: es necesario utilizar cremas y emolientes ligeros (sin aceites ni componentes comedogénicos). No olvide la protección solar: utilice productos especiales con SPF 30-50, ropa con filtro UPF y evite los rayos solares directos. Priorice la ropa transpirable: de algodón, lino o tejidos técnicos que absorban la humedad. Para los pacientes con enfermedades de la piel, es importante seguir una dieta: comer menos picante y reducir la cantidad de alcohol y cafeína, ya que estos aumentan la sudoración.

Consejos para combatir la miliaria

La miliaria surge debido a la obstrucción de las glándulas sudoríparas. Las medidas principales para tratarla son: enfriar la piel, ventilar los pliegues cutáneos y tomar baños de aire. Use productos secantes (ungüento de zinc, talco, polvos) y antisépticos (clorhexidina) en caso de inflamación. Evite la ropa ajustada y los tejidos sintéticos.

¿Qué hacer en caso de hiperhidrosis?

La hiperhidrosis (sudoración excesiva) afecta a entre el 2% y el 5% de la población, pudiendo ser localizada (palmas, plantas de los pies, axilas) o generalizada (en todo el cuerpo). Actualmente, existen varias metodologías para su terapia. Por ejemplo, la iontoforesis (para manos y pies). Además, se aplican inyecciones de toxina botulínica, que bloquean las glándulas sudoríporas (con un efecto de 6 a 12 meses). Los medicamentos sistémicos (anticolinérgicos) se utilizan solo bajo prescripción médica. En casos graves, se pueden emplear métodos quirúrgicos (simpatectomía). Importante: en caso de hiperhidrosis secundaria (debido a enfermedades endocrinas o neurológicas), es necesario, ante todo, tratar la enfermedad subyacente.

Por Ekaterina Pichugina

Dante Humberto Quiroga

Dante Humberto Quiroga, 29 años, periodista emergente pero prometedor de Trujillo. En tres años de trabajo, se ha establecido con profundos análisis sobre el sistema de salud. Se especializa en la cobertura de tecnologías médicas innovadoras y su implementación en clínicas peruanas.

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