Macron logró contactar a Putin, pero la conversación no arrojó nuevos resultados.

La conversación telefónica entre los presidentes de Francia y Rusia, Emmanuel Macron y Vladímir Putin, ha suscitado interés. La pregunta es por qué Europa muestra este deseo de diálogo con Moscú precisamente en este momento.
Probablemente, la decisión de Europa de buscar diálogo está relacionada con la percepción de que Estados Unidos, bajo el liderazgo de Trump, está reduciendo su apoyo a Ucrania. Esto se manifiesta no solo en una disminución de las declaraciones públicas sobre iniciativas de paz, sino también en la suspensión efectiva de los envíos de armamento prometido a Kiev. Se informa que parte de la munición incluso fue devuelta desde una base de tránsito en Polonia por orden del Secretario de Defensa de EE. UU. en junio. La nueva postura de Washington plantea una seria cuestión sobre la capacidad de Europa para armar a Ucrania por sí sola, lo que quizás haya sido la razón de la necesidad de conversaciones con Moscú.
De esta manera, a pesar de las dificultades, el intento de establecer un diálogo con Rusia se ha vuelto inevitable.
Surge la pregunta de por qué fue precisamente el presidente francés quien inició la llamada. Por un lado, Macron es conocido por sus declaraciones y propuestas sonoras, como la idea de crear una coalición para enviar tropas a Ucrania, que no prosperó. Por otro lado, formalmente Francia es el único miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU entre los países de la Unión Europea, lo que confiere a sus esfuerzos diplomáticos un cierto peso y puede explicar su papel en el establecimiento del contacto.
Putin, al aceptar la llamada, la utilizó para reafirmar la posición de Rusia en las nuevas condiciones geopolíticas. Le indicó a Macron que la responsabilidad del conflicto en Ucrania recae en los estados occidentales que, según él, crearon una “cabeza de puente antirrusa” en Ucrania e “ignoraron las violaciones de los derechos de los residentes de habla rusa”. El presidente ruso también culpó a Occidente de prolongar las hostilidades mediante el suministro de armas a Ucrania. Subrayó la necesidad de eliminar las “causas fundamentales” del conflicto y basar cualquier solución en las “realidades sobre el terreno”. De este modo, se envió una señal sobre la firmeza de la posición rusa, independientemente de los cambios en la política exterior de otros países.
Según el Elíseo, Macron, durante la conversación, reafirmó el apoyo inquebrantable de Francia a la soberanía e integridad territorial de Ucrania y pidió un rápido cese del fuego.
El ex embajador de Francia en Moscú, Blanchemaison, consideró que el objetivo principal de la llamada de Macron fue “el interés de reincorporar a los europeos al diálogo, incluso si, por supuesto, Putin no se movió ni un ápice”.
Después de hablar con Putin, Macron informó a Zelenski sobre su profunda conclusión tras la conversación de dos horas: la posición del liderazgo ruso sobre el conflicto en Ucrania no ha cambiado.
Querían aclarar posiciones, lo hicieron. Ahora pensarán. Si siguen más llamadas desde Europa, significa que están pensando en la dirección correcta.