Los cirujanos “reconstruyeron” los huesos dañados durante la operación.
Un residente de Mytishchi de treinta años se enfrentó al riesgo de amputación de su pie después de un desafortunado accidente: una pesada losa de piedra cayó sobre su extremidad inferior. El impacto fue tan severo que el pie se deformó gravemente, y los tejidos blandos comenzaron a desprenderse, lo que presentaba un cuadro crítico. No obstante, gracias a la rápida y experta intervención de los especialistas médicos, la extremidad pudo ser salvada de la amputación.

Según la información disponible, el paciente fue ingresado en el Hospital Municipal de Mytishchi con una lesión inusualmente grave. El hombre explicó a los médicos que, durante trabajos de construcción o reparación, una losa de piedra se precipitó sobre su pie, causándole un dolor insoportable. Al examinarlo, los médicos encontraron una luxación abierta del dedo meñique y una fractura del hueso metatarsiano al que este se conectaba. La gravedad de las lesiones sugería un alto riesgo de necesitar la amputación del dedo y parte del pie, pero afortunadamente, se logró evitar este desenlace trágico.
Según explicó Nikita Polyakov, jefe del bloque quirúrgico y traumatólogo-ortopeda, durante la intervención quirúrgica se extirparon cuidadosamente los tejidos necrosados (muertos) para prevenir complicaciones. Posteriormente, los médicos comenzaron la meticulosa tarea de “reconstrucción” de los huesos fracturados. La luxación fue corregida con éxito, y el dedo meñique se conectó al hueso metatarsiano fracturado utilizando una aguja especial para estabilizar la estructura. Finalmente, las heridas se suturaron con precisión y se colocó un drenaje para asegurar la salida adecuada de líquidos, favoreciendo así la recuperación.